Muchas veces los que tenemos la oportunidad de tener a un perro
en casa nos preguntamos porque son tan fieles. Muchas personas opinan que sólo están
con nosotros porque cubrimos sus necesidades físicas, como alimentarlos y proveerles
un techo donde dormir.
Pero en realidad al ver la reacción de estos perritos cuando sus dueños se
van para siempre y la tristeza los empieza a embargar, es ahí cuando nos damos cuenta
que la relación es mucho más que solo darles un techo o comida.
En este artículo De Mascota Educativa conocerás la historia de
un perrito que se negó abandonar a su dueña, a pesar de que ya había fallecido.
María Isabel Benítez Chamba tenía 95 años cuando fue
enterrada en Ecuador. La familia y los amigos de Chamba acudieron a presentarle
sus respetos en su funeral, pero un participante en particular insistió en
hacer aún más.
Fue el querido perro de Chamba, un perrito llamado Bumer,
quien se negó a separarse de su lado hasta el final.
Llego el momento del velorio de Chamba, y este fue organizado
por la funeraria Santa Rosa en Ecuador, durante este tiempo su perrito Bumer permaneció
tan cerca como nunca en su vida.
"Se podía ver la lealtad y el afecto que existía entre
ella y su perro”, dijo un portavoz de la funeraria santa rosa. "Siempre
estaba con sus dueños".
Tras la ceremonia, una procesión siguió al féretro de Chamba
hasta el cementerio. Por supuesto, Bumer insistió en ir también.
Un portavoz de la empresa funeraria dijo: "El rodeó el
coche fúnebre antes de subir, como si dijera ¡quiero despedirme de mi madre! "Un
sobresaliente ejemplo de lealtad".
A Bumer se le rompió el corazón, pero en ese momento quedó
claro su inmenso amor por Chamba.
Chamba puede estar muerto, pero la lealtad que demostró Bumer
sigue viva. Con suerte, con el tiempo, su corazón roto empezará a sanar, pero
es un proceso que no tiene que afrontar solo.
Según la funeraria, el cachorro fue visto por última vez en
la cálida compañía de la familia, unido al recuerdo de la mujer que tanto
amaba.
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